miércoles, 3 de junio de 2009

LA MUERTE DEL MARISCAL DE AYACUCHO




ANTONIO JOSÉ DE SUCRE


El General Sucre es el padre de Ayacucho; es el redentor de los hijos del Sol; es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro al Imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco Capac y contemplando las cadenas del Perú, rotas por su espada". Simón Bolívar.


Un día viernes, 4 de junio del año 1830, ANTONIO JOSÉ DE SUCRE en el cumplimiento de su deber, cabalga por el sendero estrecho a Cabuyal, en las montañas de Berruecos, donde cuatro asesinos contactados por José María Obando lo esperaban: Apolinar Morillo, venezolano, Andrés Rodríguez y Juan Cruz, peruanos, y Juan Gregorio Rodríguez, de Tolima, Colombia. Cuando pasa la comitiva, se escucha una voz que grita: «¡General Sucre!». El joven General, de apenas 35 años de edad, voltea y en el acto, suenan los disparos. Sólo pudo oírsele decir: «¡Ay balazo!». Y cayó muerto el joven y amado General cumanés, víctima de las intrigas y las ambiciones. Su cadáver permaneció en el fango por más de 24 horas, hasta que la gente piadosa del lugar le dio cristiana sepultura a la vera del camino. Bolívar, quien estaba enfermo en la costa del Atlántico, al conocer la nefasta noticia, exclamó lleno de dolor: « ¡Santo Dios! Se ha derramado la sangre de Abel!... La bala cruel que le hirió el corazón, mató a Colombia y me quitó la vida".